sábado, 3 de julio de 2010

aprendiendo

Es la una. Me he dado mi primer paseo por El Cairo y he aprendido tres cosas:

- Que tengo que ir mirando donde piso cuando voy por la calle, porque esta ciudad no está del todo bien pavimentada, y así evitaré caerme de narices como he hecho nada más salir del hotel.

- Que NO tengo que ir con señores que no conozco: primero me dice que estáestudian do inglés, que le gusta España aunque aún no ha podido ir porque la visa es cara, que tiene una sister que diseña cosas artísticas muy bonitas, y que si me apetece me acompaña a su oficina.
La oficina resulta ser una tienda de imitaciones de papiros, pirámides de piedra para poner encima de la tele y mascaritas de Tutankamón. Y su hermana es un tío de dos metros que debe pesar 190 kg, que me ofrece un té y que, al decirle que soy de España, me pregunta si soy de Madrid o de Barcelona y que si parlo italiano y que si quiero comprar unos papiros hechos a mano.
Le digo que no, que otro día.
Y me dice que no, que otro día no puede ser, que mañana se casa y que sólo hoy puede hacer good price.
Me piro sin probar el té.

- Y lo tercero que he aprendido, no menos provechoso que lo anterior, es a cruzar por las calles de El Cairo.
La teoría es fácil: desde cualquier punto de la calle, y en cualquier momento, simplemente, cruzas.
La práctica tiene su aquel...

Me voy a dar un baño a la piscina a ver si me refresco un poco y vuelvo a salir al mundo real a ver si como algo.

2 comentarios:

  1. No te olvides de que en las piscinas de los hoteles SI que hay que usar bañador, no sea que tambien aprendas como son las cárceles de por allí... je, je. π

    ResponderEliminar
  2. jejeje...
    pues ayer, en un momento de lucidez mientras acababa de hacer la maleta, se me ocurrió meter el bañador.
    y creo que ha sido buena idea...

    además, como el pobre le uso poco, se pone contento cuando le saco de casa... jajaja...

    ResponderEliminar