domingo, 1 de mayo de 2011

Nicaragua (día 4)

Ayer por la mañanita me quedé en la oficina leyendo, trabajando un poco en el ordenador, enviando algunos mails. Y por la tarde un poco de turismo fotográfico.

Primero a comer a Nindirí, en un sitio un poco caro para l@s nicas, un poco de guiris, pero muy agradable, con comida estupenda, y unas vistas preciosas sobre la laguna.



Toda la zona oeste de Nicaragua está recorrida de arriba abajo por una hilera de volcanes que van de norte a sur. Muchos de ellos activos. Uno de los que nos pilla más cerca de donde vivimos es el Masaya. Aunque no es un volcán muy grande impresiona el humo con olorcillo a azufre que sale permanentemente del cráter.



Se cuentan historias interesantes sobre el cura español que pensaba que el Masaya era una de las bocas del infierno y se dedicó a exorcizarlo poniendo cruces en el cráter, o el otro que pensó que eso dorado que bullía al fondo era oro y pidió a l@s indígenas que lo bajaran en una cesta para comprobarlo. Parece ser que accedieron.

Por la tarde de nuevo a Managua.

Un café rico, rico, a media tarde, en la Casa del Café, uno de esos sitios de primer mundo que hay por aquí a los que van sobre todo extranjer@s, cooperantes o nicas con plata. El café, insisto, riquísimo.

Y terminamos el día en casa de Ana y Marvin, española y hondureño, que llevan años por aquí y que ayer hacían una fiestita en su casa.
Gente interesante y conversación interesante...

Desde que llegué estoy con horario nica, al menos horario 'rural' nica: nos levantamos sobre las cinco y media, con la luz de la ventana, y estamos en la cama sobre las nueve de la noche, un par de horas después de que se haya ido la luz. Si nos acostamos a las diez estamos trasnochando...
;o)
Lo de ayer de llegar a casa casi a la una de la madrugada ya fue el despelote...... así que hoy nos hemos dado permiso para dormir a pierna suelta y levantarnos tardísimo: siete menos cuarto.

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