martes, 24 de enero de 2012

la lucecita parpadeante

Ocupaban mucho espacio. Ése era el problema de los hombres. No se trataba tan sólo de las piernas espatarradas y de pisar fuerte al bajar las escaleras. Era la exigencia constante de atención. Sentarse con otra mujer en una habitación significaba que podías pensar. Los hombres tenían esa lucecita parpadeante en la coronilla. "Hola. Soy yo. Sigo aquí."

De la novela Un pequeño inconveniente, del escritor inglés Mark Haddon [1963- ], autor también de El curioso incidente del perro a medianoche.

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