miércoles, 10 de septiembre de 2014

Botín

Quizá en su entorno era un buen tipo.
Quizá era cariñoso con su familia.
Quizá jugaba con sus nietos sobre la alfombra.
Quizá se emocionaba con las mismas músicas que me emocionan a mi.
Quizá lloraba extasiado ante algunos paisajes.
Quizá se enternecía con algunas novelas.
Quizá le gustaba pasear por el campo escuchando el sonido del viento, del agua, de las hojas de los árboles...

Cosas más raras se han visto.
[Merece muchísimo la pena ver la película El hundimiento. Por muchos motivos, uno de ellos ver a un Hitler que nunca se ha visto... y que con toda seguridad también existía junto al otro.]

Pero la verdad es que cuesta imaginar todo eso:
era demasiado rico,
era demasiado poderoso,
era demasiado amigo de los poderosos,
era demasiado amigo de quienes gobernaban sin importarle las ideas que tuvieran.
Quizá él no tenía ideas, sólo dinero.

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