miércoles, 11 de julio de 2012

las vainas


Adentro hacía calor y el hombre se soplaba con la punta de la sábana. Se dio vuelta de lado, poniendo la mano derecha de bajo de la almohada y con la otra mano se estuvo sobando la cabeza; después, sacó la mano de la almohada y se voltió boca arriba; pero al rato se tuvo que levantar porque seguía incómodo y empezó a sacudir la cama.
- ¡Cómo lucha uno para dormirse! -dijo, y pensó-: La dificultad ha de estar en despegarnos de las cosas del día... Dicen que dormir es como morir. ¡Quién sabe! -y agregó-: La verdad es que todas las vainas se le vienen a uno en la noche.

Del cuento El viaje, del escritor nicaragüense Fernando Silva.

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