Leo poemas al azar,
leo casi sin pensar en lo que leo.
Cuando me encuentro un verso triste,
siento en el alma como una caricia.
No es que me alivie la tristeza ajena;
es que me siento menos solo.
Del libro Nada grave, del poeta Ángel González [1925-2008].
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Prefiero Deixis en fantasma. FK.
ResponderEliminarAquello.
Noeso.
Ni
-mucho menos-esto.
Aquello.
Lo que está en el umbral,
de mi fortuna.
Nunca llamado, nunca,
esperado siquiera;
sólo presencia que no ocupa espacio,
sombra o luz fiel al brode de mí mismo
que ni el viento arrebata, ni la lluvia disuelve,
ni el sol marchita, ni la noche apaga...
Prefiero Diexis en fantasma. FK
ResponderEliminarAquello.
No eso.
Ni
- mucho menos - esto.
Aquello.
Lo que está en el umbral
de mi fortuna.
Nunca llamado, nunca,
esperado siquiera;
sólo presencia que no ocupa espacio,
sombra o luz fuiel al borde de mí mismo
que ni el viento arrebata, ni la lluvia disuelve,
ni el sol marchita, ni la noche apaga...
El tercer verso de este poema dice "cuando me encuentro UN VERSO triste", porque encontrarse triste era su estado permanente en esa epoca ;) Es precioso y un fiel reflejo de mi forma de leer y sentir la poesia. Tambien los leo al azar, buscando aquel que refleje lo que siento en ese momento y siento alivio al encontrarlo (y es que ya no hay nada nuevo bajo el sol...). La sutil diferencia es que yo no se ponerlo por escrito. Gracias por "postearlo". π
ResponderEliminar¡ corregido !
ResponderEliminar